¿Debe legalizarse la prostitución?. Algunos grupos
de mujeres consideran que las prostitutas son víctimas, pero para otros son
“trabajadoras sexuales” con plenos derechos. (Amy Otchet)
Fuente:
http://webs.uvigo.es/pmayobre/articulos_en_internet.htm#prostitucion
Subió
a conferencia el 20 de Mayo del 2005
¿Debe legalizarse la
prostitución?
Amy Otchet
Algunos
grupos de mujeres consideran que las prostitutas son víctimas, pero para otros
son “trabajadoras sexuales” con plenos derechos.
Según
Esta guía, que cuesta 30 dólares en Estados Unidos, añade que cada uno debe
sacar el mayor beneficio posible de esta actividad comercial. Según sus
autores, la prostitución es un negocio cuyo único principio es el de obtener lo
más posible por la suma que se paga. “Si una mujer elige utilizar su cuerpo de
este modo, en lugar de dejarse explotar como una esclava por empleadores de
miseria, y si hay hombres dispuestos a pagar mejor que esos explotadores, no
hay nada que objetar. Después de todo, no se trata de nuestro cuerpo ni de
nuestro dinero, así que tampoco es asunto nuestro. Pero mientras no se arregle
la situación económica mundial y el problema de la superpoblación, alguien
tendrá que pagar la cuenta.”
Pero,
¿quién? ¿Los más pobres, los más vulnerables? No se puede negar que la
industria del sexo ha adquirido dimensiones
internacionales y que en muchos países, sobre todo de Asia, es un motor de la
economía. La ironía está en que la prostitución no es del todo legal. Y su
legalización, ¿reduciría algunas de las desigualdades y los abusos de que son
víctimas las prostitutas? ¿O, al legitimarla, se anularía la labor de varios
decenios para mejorar la condición femenina?
El eterno debate
A primera vista, estas preguntas parecen un refrito de un debate eterno, pero
no lo son. La cuestión no se plantea ya en términos de moralidad, el dilema es
si la prostitución es una forma de explotación que debe ser abolida o una
profesión que hay que reglamentar.
Frente
a esta polémica las agrupaciones de mujeres del mundo entero aparecen divididas
en dos bandos: las que quieren erradicar la prostitución —como
La línea divisoria entre los dos campos es la distinción entre la prostitución
“libre” y la prostitución “forzada”. En general, las abolicionistas sostienen
que la gran mayoría de esas mujeres son obligadas a ejercer la prostitución, y
las trabajadoras del sexo replican que las cosas no son forzosamente así. En lo
que unas y otras coinciden, aunque por distintas razones, es en que esta
distinción simplifica excesivamente el problema. Es evidente que una niña
nepalí de 12 años vendida a un prostíbulo de
Para
Este
fenómeno se observa en todas partes, pero sobre todo en los países del Sur.” Javate de Dios estima que las leyes orientadas a establecer
una distinción entre prostitución libre y forzada no tendrán nunca en cuenta la
complicada dinámica de esas situaciones. Pueden tal vez hacer identificar las
formas más extremas de coacción, pero ignoran las consecuencias de la pobreza y
legitiman implícitamente las relaciones patriarcales.
En
el bando opuesto, la línea de separación entre prostitución libre y forzada
tampoco representa gran cosa. Lin Chew,
ex portavoz de
Ahora
bien, hay un punto en el que ambos campos están de acuerdo: la despenalización.
Es hora de revocar las leyes que han servido para castigar a las prostitutas en
aras de la protección de la decencia y el orden públicos. Pero a partir de aquí
vuelven a surgir las divergencias. Para los grupos abolicionistas como
En
este tema los grupos que abogan por los derechos de las prostitutas presentan
divisiones internas. Unos defienden la despenalización completa, es decir, sin
reglamentación ninguna, y otros militan a favor de una legalización controlada.
Con ella, se instaurarían por ejemplo controles sanitarios, zonas de
prostitución libre alejadas de los barrios residenciales, y, en suma, cobertura
social para las profesionales con todo lo que ello implica: pagar impuestos
sobre la renta, pero también tener derecho a seguridad social y jubilación.
En
teoría, la finalidad de todas estas normas es proteger a las prostitutas, pero
para algunos grupos como COYOTE, partidario de la legalización total y radicado en Estados Unidos, algunas de ellas surten el
efecto contrario. Según un informe de COYOTE, los burdeles regentados por el
gobierno “serían la peor pesadilla de una prostituta, sobre todo cuando hay ya
tantos antecedentes de abusos por parte de la policía”.
En
cuanto a los permisos, “no contribuyen para nada a garantizar la seguridad del
cliente ni de la prostituta. Esto no quiere decir que las mujeres no deban
someterse a reconocimientos médicos frecuentes. Deben hacerlo”, afirma COYOTE,
aludiendo a las quejas según las cuales las mujeres son tratadas como ganado
por los inspectores sanitarios en locales mal equipados. “Al igual que un
restaurante pierde su reputación si la comida que sirve no está en buenas
condiciones, la libertad de mercado regulará la situación sanitaria de las
mujeres trabajadoras.”
Para
Cursos de prostitución
Raymond
hace alusión a los cursos de pago que existen en los Países Bajos para aprender
a hacer ese trabajo sexual y que abarcan todos sus aspectos, desde cómo
comportarse en los bares hasta la información sobre impuestos. “¿Qué persona en
sus cabales animaría a una jovencita a “formarse” en esa actividad comercial?
¿Por qué se presta tanta atención a fomentar el ‘comercio’ y no se hace nada
para ayudar a las mujeres a salir de él?”, se pregunta. “Porque es mucho más
fácil creer que esas mujeres son prostitutas por eleccción...
Pero si ha de plantearse la cuestión de la elección, planteémosla a los clientes:
¿por qué hay hombres que eligen comprar los cuerpos de millones de mujeres,
llamar sexo a esa operación y, aparentemente, disfrutar con ello?”
El marco legal
Según el Convenio de las Naciones Unidas para la represión de la
trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena, de 1949,
ratificado por 72 Estados: “la prostitución y el mal que la acompaña, la trata
de personas... son incompatibles con la dignidad y el valor de la persona
humana...” Las Partes se comprometen a castigar a toda persona que:
• concertare la prostitución de otra
persona, aun con el consentimiento de tal persona;
“explotare la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de tal
persona”;
mantuviere una casa de prostitución, la
administrare o a sabiendas la sostuviere o participara en su financiamiento”;
• diere o tomare a sabiendas en arriendo
un edificio... para explotar la prostitución ajena”.
En la práctica los gobiernos han establecido tres marcos legales
básicos sobre la prostitución:
• La prohibición implica que la
aceptación de un pago a cambio de sexo y a veces el hecho de pagar se
consideran ilegales y se castigan. Así sucede, por ejemplo, en los Estados del
Golfo y en la mayor parte del territorio de Estados Unidos.
• La penalización
significa que la ley prohíbe ciertas actividades relacionadas con el hecho de
pagar por el sexo en lugar del sexo pagado en sí. Esas actividades son buscar
clientes, anunciarse, vivir de las ganancias de la prostitución, reclutar
prostitutas o ayudarlas a pasar de un país a otro. Este es el marco legal más
frecuente del sexo comercial en toda Europa Occidental,
• La reglamentación
indica la existencia de excepciones al derecho penal para aquellos sectores de
la industria sexual que cumplan ciertas condiciones. En el caso de las trabajadores del sexo, esos sistemas suelen imponer
controles de salud obligatorios.
Algunos
ejemplos:
Brasil: la prostitución no es ilegal, pero sí lo es
dirigir un burdel, alquilar locales a las prostitutas, explotar a menores o
vivir de las ganancias de una prostituta.
Canadá: la ley no prohíbe el acto de la prostitución,
pero penaliza un buen número de actividades afines, como la provocación, vivir
de las ganancias de la prostitución, montar un prostíbulo, etc
Dinamarca: no es ilegal prestar servicios sexuales siempre
y cuando la prostitución no sea la principal fuente de ingresos (en cuyo caso
la acusación es de vagabundeo). Es ilegal el reclutamiento.
Grecia y Turquía: ambos países han legalizado la prostitución.
Las prostitutas deben inscribirse en un registro y acudir a una clínica para
someterse a reconocimientos regulares, en ocasiones hasta dos veces por semana.
India: Pese a las numerosas leyes
que existen contra la industria del sexo y la prostitución tradicional
relacionada con las castas, la prostitución y la trata son corrientes. Las
condiciones en que ejercen las prostitutas son pésimas.
Senegal: Es ilegal ayudar, instigar, provocar o vivir de
las ganancias de la prostitución o montar un burdel. Las prostitutas tienen que
inscribirse en un registro, ser titulares de una tarjeta y someterse a
reconocimientos médicos regulares. La mayoría de las mujeres trabajan en el
sector informal. La aplicación de la ley es escasa.
Tailandia: Es ilegal prostituirse o
vivir de las ganancias de la prostitución, pero las leyes apenas se aplican.