Maternidades lésbicas: ¿reproducción del
modelo heterosexual o acción radical?. El ideal materno aún persiste en la cultura como parte del deber ser.
Desde esta perspectiva la maternidad se vincula al matrimonio, la
heterosexualidad y al parentesco (Sara Amelia Espinosa Islas)
Fuente:
Subió a conferencia el 09 de Julio de 2005
Hay
lesbofobia en las instituciones públicas
Maternidades
lésbicas: ¿reproducción del modelo heterosexual o acción radical?
•
El ideal de la mayoría de las lesbianas madres es la inseminación artificial
• Su maternidad carece de reconocimiento legal y social
Sara Amelia Espinosa Islas
A pesar de los cambios de los que las mexicanas hemos sido testigas en los últimos 30 años, el ideal materno aún
persiste en la cultura como parte del deber ser, adjudicado genéricamente a las
mujeres por el discurso patriarcal. Desde esta perspectiva, la maternidad se
vincula al matrimonio, la heterosexualidad y al parentesco. A su vez, las
lesbianas son caracterizadas como seres no procreativos,
por lo que el tema de la maternidad lésbica se presenta de manera
desconcertante para muchas/os. La maternidad lésbica no se genera ni desarrolla
bajo un imaginario ideal de acuerdo con mi experiencia como investigadora sobre
el tema, identifico (sin que con esto trate de encasillarlas) tres formas de
ejercer la maternidad desde la identidad lésbica.
La primera, se trata de aquellas mujeres que han concebido a
sus hijas e hijos dentro de relaciones heterosexuales (que es la situación de
la mayoría de las lesbianas con hijos/as en el país), casi todas en
matrimonios. Estas mujeres primero fueron madres y luego se asumieron como
lesbianas. La mayoría de éstas atraviesan una serie de conflictos y angustias
al descubrirse o asumirse como lesbianas después de llevar una vida considerada
como “normal”. Algunas más han atravesado o atraviesan sanciones, tensiones y
desgastes producto de los juicios legales por la custodia o la patria potestad
de hijas/os, ya que la incompetencia y lesbofobia de
jueces, abogados y las propias leyes, llegan a significar serias desventajas
para ellas, por lo que muchas prefieren permanecer “en el clóset”.
Generalmente suelen
pasar desapercibidas como lesbianas dado que existe la referencia previa de un
hombre en su vida y la de sus hijos que invisibiliza
por completo su identidad lésbica hasta que ellas deciden revelarla.
La segunda, las lesbianas, madres por opción, generalmente
son mujeres sin hijos, que decidieron relacionarse con una pareja que si los
tiene. Por decisión propia se asumen como madres y comparten algunos aspectos
(pero no en su totalidad) de la crianza y convivencia con las hijas/os, con
quienes llegan a fortalecer lazos afectivos y de amistad.
La tercera, las lesbianas madres, son las que primero se
identificaron lesbianas y posteriormente eligieron ejercer su derecho a la
maternidad. Esto, en lo cotidiano, se convierte en una acción política que
cuestiona y desestructrura a las instituciones
sociales. La maternidad para estas mujeres puede realizarse de distintas
maneras: la reproducción asistida (inseminación artificial); la inseminación
directa, que consiste en relacionarse con un hombre con la única finalidad de
embarazarse; es decir, el sexo procreativo, reducido
a la introducción del espermatozoide al óvulo y, por último, la adopción.
Generalmente la decisión es tomada en pareja, aunque claro, también existen
aquellas lesbianas solteras que optan por la maternidad.
La inseminación artificial para tener hijos de su propia
sangre, cuerpo y genes, es el ideal añorado por la mayoría de las lesbianas
madres. Los elevados costos económicos en las instituciones privadas al igual
que el desgaste físico, emocional y la lesbofobia de
las instituciones públicas, deja fuera de su alcance la tecnología
reproductiva. De ahí que la mayoría de las lesbianas madres vean, como opción
viable, la relación clandestina con un hombre, denominada por muchas como
inseminación directa.
La adopción, es uno de los recursos de los que menos se han
apropiado las lesbianas, tanto por el deseo de tener hijos propios como porque
en nuestro país el proceso de adopción suele ser largo y nada alentador con sus
desgastantes y burocráticos trámites en los que, de
entrada, hay que enclosetar la identidad lésbica para
ser candidatas a madres adoptivas.
Mientras que el papel de la madre biológica o la madre
adoptiva viene dado, en el caso de las madres por opción y las lesbianas madres
no biológicas se construye y se pacta de forma permanente en lo cotidiano.
Estas mujeres expresan que a pesar de tener los mismos lazos afectivos y de
responsabilizarse a la par que sus compañeras en la crianza y cuidado de las
hijas e hijos, su maternidad carece de reconocimiento y respaldo legal al igual
que social, por lo que tratan de buscar algunas estrategias que legitimen y
protejan su maternidad. Algunas deciden que sea un hermano o un primo de la
madre no biológica quien registre a la niña/o como su hijo para que lleve el
apellido de ambas.
Hasta hoy, no me resulta claro hacia dónde se dirige
políticamente la maternidad lésbica. Pero, desde los datos de la investigación
que realicé, no se puede soslayar la carencia de derechos de las madres
lesbianas y de las lesbianas madres en una sociedad heterosexista
que privilegia las relaciones “tradicionales” por encima de los derechos
humanos.
Las feministas y las lesbianas feministas, han criticado con
dureza y razón a la familia como institución y han fundamentado los modos
represivos en que estas construyen la edad, el sexo/género y la organización
genérica del trabajo y, aunque considero que la familia puede tener diversos
significados que dependen de la persona y contexto histórico en que se vive,
tampoco se pueden soslayar las críticas de algunos sectores de la comunidad
lésbica feminista reacia a aceptar la maternidad de estas mujeres como una
elección y cuestión política planteando que repiten el modelo heterosexista que ellas rechazan, en especial la necesaria
consanguinidad para la crianza y convivencia con niños o niñas
No es errado que algunas –en especial las lesbianas
feministas- vean a las madres lesbianas como mujeres que tienen mayor facilidad
de encajar dentro de una sociedad heterosexista, pero
también, sin un análisis a detalle, puede tacharse a las maternidades lésbicas
y las relaciones de las madres lesbianas sólo como conservaduristas,
producto del reflejo o imitación de lo normativamente existente sin considerar
que las madres lesbianas y lesbianas madres, constituyen también modelos y
discursos más amplios y que paradójicamente, desde el papel tradicional de la
maternidad, cuestionan las interpretaciones habituales del parentesco.
En todo caso, el debate está puesto y su papel político
transformador por verse.
La autora es maestra en Estudios de