Conversando con Dolores

         Cuando vas en la secundaria todos los chavos se besan con muchas chavas, y las relaciones son como raras, así que mi caso no era diferente. Conocí a Luis mientras estudiábamos, nos hicimos novios y todo era color de rosa; yo estaba muy contenta con esa relación, pero un día todo cambió drásticamente: de ser un niño super lindo se convirtió en un novio que me ponía los cuernos con todas. Al principio no creía cuando él mismo me lo contaba, incluso algunas veces lo hacia con mis “amigas”, me insultaba y me gritaba por todo, pero aún así él quería estar conmigo, lo sé porque me celaba mucho, y eso debía ser signo de que me quería, al menos eso pensaba.

         Hubo un tiempo en que presumía con todos que tenía muchas novias y que lo hacia con todas, eso ya no me gustó tanto que digamos, así que a los dos meses de andar terminamos, aunque seguimos siendo amigos, y yo seguía embobada por él. Un día llegó con un nuevo novio para mí, quería que le diera una oportunidad a su amigo, me pedía que anduviera con él una semana; yo sentía que me estaba regalando, era muy molesto, sin embargo accedí y anduve con Fernando. Con él pasaban cosas que me daban un poco de miedo, por ejemplo, si se enojaba conmigo porque platicaba con otro chavo le pegaba a las paredes; eso me asustaba, pensaba que podía pasarme a mí y, aunque nunca pasó, siempre tuve miedo. Duré dos años con él.

         Terminé con Fernando y nunca regresé con Luis, ahora me pregunto si a nuestra edad son así    las relaciones; si estas experiencias les pasan a tod@s, no sé, pero a veces no me gusta.